Efectivamente, atendiendo al recientes informaciones publicadas durante el pasado 12 de abril en la red social Twitter, WhatsApp podría, a finales de mayo, prohibir en sus términos y condiciones el uso de sus servicios a los menores de 16 años.
Hasta la fecha basta con tener 13 años para usar el servicio de mensajería. Esta medida impediría a los actuales usuarios comprendidos entre esta edad y los 16 poder usar la aplicación. No es un número despreciable de afectados si consideramos que la app cuenta con alrededor de 1.300 millones de usuarios de todas las edades.
Este cambio ha generado dos debates de inicio. El primero, sobre la efectividad de la medida y el cómo se va a controlar la edad de los usuarios. El segundo, apuntando a que es una medida de maquillaje frente al confllicto que tiene enfrentado a Facebook con el gobierno norteamericano. Facebook se hizo con el control de WhatsApp en 2014.
Pero el debate omnipresente que una vez más inunda las redes sociales alentado por esta noticia, es el de la edad de los usuarios de móviles, la adicción de los adolescentes y pre-adolescentes a los dispositivos y cómo deben enfrentar padres y madres el fenómeno de las redes sociales.
¿Cuál es el verdadero debate?
¿Móviles o smartphones?
Muchos son los padres y madres que argumentarán que se sienten mucho más seguros si sus pre-adolescentes llevan un móvil en el bolsillo cuando salen a la calle con sus colegas.
Conocer en cualquier momento si están disponibles y saber que pueden ser contactados en caso de peligro, es un adelanto del que antiguas generaciones no han podido disfrutar.
El teléfono móvil propició esta mejora, pero el smartphone abre un mundo de aplicaciones y servicios muy grande a sus usuarios, sin importar su edad.
¿Mensajería o redes sociales?
Es probable que nadie cuestione que un menor de edad utilice SMS para comunicarse. Porque hablamos de mensajería punto a punto en estado puro, si bien, no es instantánea y también se emplea desafortunadamente para ?scams?.
El problema surge si la mensajería se convierte en red social. La línea que separa estos dos mundos es cada vez más difusa. La industria, la competencia por la cuota de mercado y el apetito voraz por los datos, han desdibujado totalmente la frontera entre red social y mensajería. ¿Cómo debe considerarse a WhatsApp ?
¿Cómo se controla el acceso?
Volviendo al origen de la noticia ¿Cómo se controlará la edad de los usuarios? La respuesta no está clara, ya que es un control que no puede implementarse de manera fácil.
Probablemente se pueda vincular a WhatsApp Pay, que implica poder disponer de medios de pago. Lo que sí que va a representar esta medida, es que la empresa se lavará las manos si en algún momento un menor de 16 años tiene un problema derivado del uso de la aplicación.
WhatsApp vuelve a avivar los debates sobre ética, uso y control de dispositivos móviles en manos de menores de edad.
Te dejamos por aquí, algunas apss alternativas a WhatsApp
¿Cómo debe priorizarse el debate y qué medidas pueden ayudar a su resolución?
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