Los bots o cuentas fantasma se han convertido en una auténtica plaga desde que Twitter vio la luz como red social de microblogging en julio de 2006 de la mano de Jack Dorsey, su fundador. En los últimos tiempos, estos perfiles fake han experimentado una enorme sofisticación. De ahí que los responsables de la empresa norteamericana les hayan declarado la guerra y se hayan propuesto acabar con ellos definitivamente.
La intención de Twitter es combatir a quienes se dedican a publicar contenido falso o de carácter tendencioso, que consiguen que se viralice a base de repetir de manera constante un mismo mensaje, para llegar a un público mayor, en cuestión de pocos minutos.
Por eso, ha creado un protocolo que impedirá a estas cuentas falsas programar el envío de un mismo tweet en repetidas ocasiones. Hay datos referentes a 2017, que sitúan en un 15 por ciento los perfiles que resultan ser bots, del total de las cuentas activas de la plataforma.
Una de las redes sociales más populares entre los usuarios se enfrenta a un gran reto. Un objetivo que ha sido su gran caballo de batalla desde que nació. En este sentido, prevé inhabilitar los perfiles de quienes sigan poniendo en marcha esta práctica de publicar contenidos de forma masiva y simultánea, a partir del próximo 23 de marzo.
No es la única medida que va a poner en marcha Twitter con su nuevo protocolo. La plataforma tiene la intención de establecer nuevos algoritmos que eviten que otras aplicaciones de terceros puedan otorgar likes de manera indiscriminada y descontrolada, así como introducir el mismo comentario a la vez en varias publicaciones.
Esta red social está trabajando con especial dedicación para conseguir que la experiencia de sus usuarios sea más positiva. En los últimos tiempos no atraviesa por su mejor momento y por eso pretende dar un golpe de timón, para tratar de reconducir la situación y recuperar el protagonismo y los buenos resultados de antaño.
Giro radical en una de las más importantes redes sociales
Uno de los cambios más revolucionarios que ha introducido la plataforma es el de duplicar el número de caracteres para llegar a los 280 por tweet. Este es un giro radical, con el que Dorsey pretende ayudar a sus usuarios a que puedan ser más expresivos, utilizando para ello menos mensajes.
El argumento de la compañía es que una investigación las ha llevado a la conclusión de que los usuarios que tuitean sienten cierta frustración al no encontrar la capacidad de poder expresar sus ideas en un solo tweet.
La plataforma quiere acabar con los famosos hilos que los tuiteros abrían para lanzar sus opiniones, introduciendo un cambio que está llegando a los usuarios de forma paulatina. La capacidad aumenta de forma considerable, puesto que, además de alcanzar el tope de 280 caracteres, el contenido multimedia y los enlaces seguirán sin formar parte del conteo.
Twitter quiere convertirse en un medio de comunicación
El trasfondo de esta revolución se encuentra en que los responsables de la compañía entienden que su futuro, a medio y largo plazo, pasa por convertirse en un medio de comunicación, abandonando la esencia con la que nació, que pretendía ser la alternativa a los mensajes de texto telefónicos de 160 caracteres.
Las medidas puestas en liza por la plataforma de microblogging no han tardado en suscitar las controversias, ya que son muchos los usuarios que critican que esté perdiendo por completo su esencia.
Twitter evoluciona hacia los 280 caracteres, afronta una lucha encarnizada contra los bots, permitirá exportar listas de bloqueo y tratará de mejorar la interacción de los usuarios.
¿Nos encontramos ante el ocaso de una de las redes sociales más emblemáticas? ¿O solamente se trata de un lavado de cara? ¡Mándanos tu opinión!
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