La extensión en un texto es un factor clave dentro del posicionamiento SEO que hace Google. Esta extensión ha variado de unos años a otros, ya que las tendencias cambian y los gustos de los lectores también.
Hace unos años la gente y los buscadores querían textos cortos, artículos fáciles de compartir que se leían rápido y sin necesidad de prestar demasiada atención. Esto ha cambiado y tanto los lectores como los buscadores se centran más en textos largos que aportan un contenido relevante sobre un tema. Ahora bien, los textos pueden variar en su extensión dependiendo de lo que la marca o el redactor desee.
Diferentes extensiones de texto para diferentes objetivos
Si el redactor busca que sus artículos sean leídos y por lo general olvidados, se recomienda que la longitud del texto no supere las 300 palabras. En artículos tan cortos no se puede profundizar en un tema, por lo que estos escritos suelen quedarse en la superficie, algo que para muchos lectores está bien, ya que les permite tener información de muchos temas aunque sea superflua. La parte positiva es que la persona que escribe puede generar un mayor volumen de textos.
El siguiente nivel son los textos de 500 palabras, buenos para el posicionamiento en los buscadores, para el redactor que desea entrar a escribir sobre un tema y para el lector que aprecia los textos más trabajados y fáciles de leer. Este tipo de artículos son cada vez más habituales y plataformas como Google los premia, ya que considera que están más cuidados y trabajados. Si el contenido en estos textos es de calidad y las palabras clave están bien analizadas, correctamente elegidas y bien ubicadas dentro del artículo, el SEO se encargará del resto.
Colocar las 'keywords' en el título, en el primer párrafo y en el último es esencial. Los títulos no deben ser muy cortos, pero tampoco sobrepasar los 70 caracteres. En cuanto a los párrafos, su longitud deberá adaptarse a la extensión del texto, para que este no se encuentre demasiado fragmentado ni tampoco contenga párrafos interminables.
Por último, los textos de 1000 palabras o más son trabajos que siguen una tendencia clara. La calidad en el contenido de estos artículos suele ser muy elevada. Disponer de una extensión tan amplia facilita la introducción de títulos H2 y H3 y la colocación de palabras clave, lo que para el posicionamiento SEO es algo que va muy bien. Además, paradójicamente, este tipo de artículos se comparte bastante dentro de determinados círculos sociales interesados por temas determinados.
El punto negativo de esta longitud es que muchos lectores no tienen el tiempo necesario para leer los textos y tras ojearlos por encima se marchan de la web. Esto no suele ser un problema, ya que dichos lectores no suelen ser cercanos al 'target' del redactor.
Como se ha visto, el posicionamiento SEO para un texto depende principalmente de lo que el redactor busque para su blog o su web, así como del público objetivo al que dirija su contenido.
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