El doomscrolling es un concepto relativamente nuevo que hace referencia a cuando no podemos dejar de revisar el scroll de nuestras redes sociales, sin buscar nada en concreto. Es más, lo seguimos haciendo a pesar de que sabemos que no encontraremos noticias positivas y que influirán en nuestro estado de ánimo.
Dada la situación actual de pandemia y crisis económica global, estas acciones son más que comprensibles, aunque no muy recomendables. Todos estamos ansiosos por saber las últimas noticias, esperando respuestas que nos alivien. Nos conectamos a las redes sociales para actualizarnos, pero parece que nos cuesta cerrar las aplicaciones o ventanas del navegador y, al final, se convierten en una gran fuente de estrés.
¿Cómo gestionar el doomscrolling y sentirse mejor?
Limitar el tiempo que pasamos delante de una pantalla es beneficioso para nuestra salud mental. Para ello, no hace falta cortar drásticamente con las principales fuentes de información, simplemente saber ponerle límites. Estas son algunas ideas:
1. Desactivar las alertas. Se trata de un paso sencillo pero crucial. Para muchos de nosotros es casi imposible dejar de prestar atención a algo si nuestros dispositivos nos están indicando, continuamente, que hay nuevas notificaciones. Así que silenciar todas las alertas innecesarias nos ayudará a desconectar.
2. Poner un límite de exposición a las pantallas. No nos referimos a temas de trabajo u otros proyectos importantes, sino del tiempo que pasamos consumiendo noticias pesimistas a través de webs y redes sociales. Al dedicarle solo unos minutos al día, podemos informarnos sin correr el riesgo de deprimirnos constantemente.
3. No mirar Internet ni a primera ni a última hora del día. Los estudios demuestran que nuestras rutinas tienen un impacto significativo en nuestro bienestar mental general. Y cómo comenzamos y terminamos nuestros días puede impactar seriamente en cómo nos sentimos a lo largo del día.
4. Establecer un límite de tiempo. Esto nos ayudará a evitar que nos absorba un ciclo negativo sin fin. Biológicamente, nuestras mentes están programadas para buscar amenazas, esto quiere decir que cuantos más peligros y riesgos encontremos, más ansiosos nos sentiremos. Esta ansiedad, normalmente, nos va a motivar a buscar más noticias.
5. Preguntarse siempre el por qué. Antes incluso de abrir cualquier dispositivo, tengamos muy en cuenta los motivos que tenemos para consultar una web o una aplicación. Después de esta pequeña reflexión, ¿creemos que es absolutamente necesario o vamos a desviarnos de una tarea productiva y entrar en un hilo de Twitter plagado de noticias negativas? Buscar cosas online se parece mucho a un ejercicio de meditación. Nuestra atención se distrae y eso está bien, lo importante es que nos demos cuenta de cuándo lo hacemos no desviarnos de un tema a otro.
6. El poder del cambio. Si a lo largo del día nos encontramos deprimidos, pensemos en realizar un comportamiento con el que podamos reemplazar el doomscrolling. La manera más sencilla de romper un mal hábito puede ser reemplazándolo por uno nuevo y deseable. Por ejemplo, las respiraciones profundas, la lectura o el baile son perfectos para alejar las preocupaciones.
Así, en lugar de comenzar el día buscando en Internet lo último que ha pasado en el mundo, ya que produce ansiedad, podríamos despertarnos y desayunar tranquilamente una taza de café sin revisar las redes sociales. Al final, dedicarnos los primeros momentos de la mañana a nuestro cuidado personal y mental redundará en un mayor bienestar para el resto del día.
En definitiva, el doomscrolling es cada vez más usual en estos tiempos de sobreexposición a las redes sociales. Como hemos visto, está en nosotros ponerle límites porque afecta, y mucho, a nuestro bienestar mental.
Además de los consejos mencionados, ¿qué más límites podríamos ponernos a nosotros mismos para evitar que el pesimismo nos invada?
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