Cuando se acerca el final de cada año, tendemos a hacer balance de los logros alcanzados y pendientes, lo que a menudo resulta más traumático que estimulante. Trabajar por objetivos es una exigencia irrenunciable en los tiempos actuales, mucho más cuando nos movemos en un entorno tan exigente como es el marketing online. Pasar de objetivos planteados a metas alcanzadas es mucho más factible si aplicamos la metodología SMART. Precisamente a ella vamos a dedicar este artículo.
Planificación SMART: qué es y para qué sirve
Diseñar una estrategia exige siempre definir y contemplar objetivos a largo plazo. Ahora bien, para ser realmente eficientes precisamos controlar su cumplimiento de una manera periódica y eficaz. Dado que no se puede prever todo, la flexibilidad y la capacidad de adaptación se convierten en principios irrenunciables en términos estratégicos.
En este sentido, los objetivos SMART de marketing se presentan como el mecanismo óptimo para colaborar en la dirección buscada.
¿Cuál es el punto de partida? Estos objetivos deben ser definidos cumpliendo cinco atributos, que son precisamente los que conforman esta famosa sigla: specific, measurable, attainable, relevant y timely.
Específico (specific)
No es suficiente con determinar unas ciertas intenciones, sino que debemos apuntar a lo concreto y definir objetivos detallados que todos reconozcan. Así, en la estrategia de marketing online no es suficiente con establecer generalidades como conseguir más tráfico a la web, ganar clientes o vender más. Hay que descender al terreno de lo concreto y especificar, por ejemplo, metas tan puntuales como lograr 500 visitas diarias, conseguir 20 nuevos clientes al mes o conseguir un aumento de las ventas del 5 %.
Medible (mesurable)
En la línea del epígrafe anterior, hemos de establecer enfoques que puedan medirse. Solo así estaremos en condiciones de plantear comparaciones y de conocer, realmente, si los estamos alcanzando o no y cuánto nos queda para hacerlo. Los tres ejemplos precedentes son cifras cuantitativas que sí pueden valorarse y, como tales, ofrecen la oportunidad de tomar las medidas adecuadas antes, durante y después de cada evaluación.
Alcanzable (attainable)
¿Pretendemos alcanzar el sol con nuestras manos? En tal caso, estamos condenados al fracaso y, tras él, a la desmotivación. Nuestros objetivos de marketing online deben ser factibles. Si no perseguimos objetivos que podemos alcanzar, la frustración aparecerá enseguida. El equilibrio entre lo que nos gustaría y lo que seremos capaces de alcanzar es la clave. Porque si somos demasiado atrevidos nos desanimaremos y si actuamos de un modo excesivamente conservador, estaremos perdiendo interesantes oportunidades.
Relevante (relevant)
Solo si el resultado final es importante para los implicados, estos se sentirán motivados e impulsados hacia su consecución. Los objetivos definidos deben resultar estimulantes, atractivos, e involucrar emocionalmente a aquellos de los que depende su alcance. Hay que tener en cuenta el factor emocional porque, si no lo incluimos, nadie emprenderá esa carrera con verdaderas posibilidades de ganarla.
Temporal (timely)
Cronificar los objetivos implica desactivarlos. Hemos de establecer unas fechas claras, concretas, de inicio y final de esos esfuerzos. Si no sabemos cuándo vamos a empezar ni cuándo vamos a terminar, todo se diluye. La mayoría de las personas trabajamos mejor bajo presión, con límites determinados a los que debemos adaptarnos. Además, si no hay plazos específicos, difícilmente podremos evaluar con rigor la situación puntual de los distintos objetivos.
Es el momento, por lo tanto, de dar un paso más en nuestras estrategias de marketing digital implementando los parámetros SMART. Se convierten en una valiosa contribución al trabajo en equipo centrado en objetivos y nos permiten lograr mejores resultados.
Para tus estrategias online, ¿utilizas la planificación SMART? ¡Cuéntanos!
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