Se considera rebote cuando un usuario entra en una página web y la abandona antes de realizar ninguna interacción ni visitar otra de sus páginas, es decir, cuando el usuario empieza y termina su sesión en la misma página.
¿Cómo se calcula la tasa de rebote?
El modo de calcular la tasa de rebote es dividiendo las sesiones de una sola página entre el número total de sesiones que se dan en un sitio web.
¿Qué se considera una tasa normal de rebote? Determinar a qué consideramos una tasa “normal” de rebote es complicado ya que dependerá mucho del tipo de página de la que estemos hablando y del contenido con el que trabaje. En líneas generales podría decirse que una tasa normal de rebote ronda entre el 20% y el 30%. Menos que esa cifra se considera una tasa de rebote baja (¡lo estamos haciendo bien!) mientras que unos niveles mayores implican que algo está fallando y debemos de mejorar.
7 consejos para bajar la tasa de rebote
1. Tener un mensaje claro y definido. El usuario escapa de textos enrevesados o complicados, lo mejor es desarrollar un contenido bien explicado en el que se ofrezca lo que se ha prometido.
2. Evitar las Pop-ups. Este tipo de publicidad resulta contraproducente ya que habrá muchos usuarios que pinchen en ella por error y que salgan luego de la página a la que se les ha redirigido, incrementando así la tasa de rebote de nuestro sitio web.
3. Invertir en diseño. Los usuarios desconfían de las páginas mal organizadas y con un diseño pobre y desactualizado. Cuanto más limpia sea la web y más trabajo perciban en el elemento creativo, más probabilidades de que se queden a consumir el contenido.
4. Tener las cosas en su sitio. Una página debe tener una buena usabilidad para que el usuario esté cómodo interactuando con ella.
5. Cuidar los elementos audiovisuales. Los audios que empiezan a funcionar solos o los vídeos eternos son dos cosas que espantan a los usuarios y ralentizan la web.
6. Tener una web rápida. Una página web lenta es otra de esas cosas que terminan aburriendo a los que entran en ella.
7. Diseño responsive. Cada vez más gente navega por Internet desde diferentes dispositivos. Si queremos no perder posible clientes antes de empezar, es importantísimo que nuestra página web se adapte a todo tipo de dispositivos.
Como ves, bajar el rebote de nuestra web es más una cuestión de sentido común que técnica,
¿nos ponemos manos a la obra?
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