Facebook es un ecosistema de contenidos donde el atractivo principal está en la información compartida. El medio ha creado una terminología propia que la describe como herramienta. El stalkeodenomina a la acción de seguir de forma casi obsesiva la actividad de un miembro de la red. El origen de esta palabra proviene del verbo inglés que hace mención de la acción de acechar.
Facebook como fuente de información personal
Las redes sociales acumulan una gran cantidad de información sobre personas que han cedido libremente. El usuario es para las redes sociales un recurso para lanzarle campañas de anunciantes especialmente seleccionados. Pero esa información, más o menos protegida, puede despertar una curiosidad invencible para algunos, amparados en el anonimato,.
El interés sin medida no es el único motivo, aunque suele ser el más frecuente. Muchas relaciones afectivas y familiares se complican por dejar accesible información que se había cedido para otro contexto.
También se sabe que los departamentos de personal de las empresas revisan las redes sociales. No serán valoradas como si fueran un máster pero sí pueden ser un motivo suficiente para descartar un candidato a un empleo.
Algunos profesionales relacionados con el periodismo son auténticos especialistas en el arte del stalkeo. No solo es revisar los contenidos compartidos de personas famosas o con relevancia social. En muchos casos se trata de interactuar con un personaje en la red de forma anónima para descubrir algún dato revelador o para registrar un mal gesto de un famoso.
No existe un criterio muy claro de dónde termina el simple interés para dar pie a un acecho. Es frecuente descubrir datos que impulsan a ampliar en la propia fuente. Facebook es muy estimulante para eso. Pensemos que la empresa responsable gana dinero con el máximo tiempo que un usuario emplee en permanecer en la red social.
Bulos, trucos y políticas de empresa
El gesto que revela una revisión a fondo de la línea de tiempo de un usuario de Facebook es la inclusión de un like en un post muy antiguo. Quien sabe stalkear mínimamente conoce este dato. Pero el hábito a veces resulta más fuerte que conocer esta popular y elemental precaución. Y este gesto visible en la aplicación descubre al quien tiene vocación de detective privado.
Se ha difundido un bulo por Internet que consistiría en descubrir la huella de quien hace una revisión frecuente de los contenidos de un usuario. Consiste en loguearse en la página y acceder al código fuente de la cuenta investigada.
En Windows es acceder al menú del botón derecho del ratón o mouse. Desde allí con control + F abrimos un campo de búsqueda donde la palabra friendlist. Allí aparecen una serie de números que serían los ID (números identificadores) de las cuentas por orden de frecuencia de visitas a la cuenta investigada.
Pero nada de esto es cierto. El código HTML es una traducción en tags de lo que en la pantalla aparece. El sistema no revela de una forma tan burda el comportamiento de otros usuarios. Simplemente se identifica el origen de las interacciones de otros usuarios con los contenidos del propietario de la cuenta.
De todas formas, Facebook es un buen banco de datos si se sabe investigar. Las fotos subidas a esta red social generan un nombre de archivo formado por varias series de números. El segundo es ID de la cuenta que subió la foto. Este modelo de denominar las fotos puede ser útil de cara a recabar información al compartir fotos. En ellas va también la identificación de quien subió a Facebook esa imagen.
El escándalo abierto por Cambridge Analytica ha obligado a la empresa de Zuckerberg a tomar medidas adicionales de seguridad. El objetivo manifestado debería respetar los criterios de privacidad establecidos por cada usuario para los contenidos que postea en la red social.
Sin embargo, el mayor grado de inseguridad de los datos de carácter personal los genera el descuido de su legítimo propietario. El eslabón más débil de la cadena de alianzas entre empresa y demandantes del servicio es el que da la medida de seguridad de todo el sistema.
Las redes sociales son una gran plaza pública. Resulta imposible proteger la información privada si el propietario la maneja de modo descuidado. La importancia de propia imagen y la marca proyectada obligan a tomar precauciones que facilitan la participación con garantías de seguridad. Es aconsejable conocer los acuerdos legales al crear cuentas en Facebook, también el uso de las funciones que protegen la información personal.
El stalkeo supone una incomodidad para los gestores redes sociales. Las actitudes incívicas y las que aplican en un acecho sistemático se deben distinguir bien de lo que es una simple curiosidad. Y ser conscientes de que los contenidos que describen a las personas pueden ser usados en cualquier tiempo y contexto. Aquello que se dice en Internet no se lo lleva el viento si hay alguien capaz de darle utilidad. ¿Has tenido alguna experiencia relacionada? ¡Cuéntanosla en los comentarios!
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