Cada vez son más las empresas que apuestan por el concepto lovemark para transmitir el sentimiento de amor, vínculo afectivo y conexión emocional con los clientes. El impulsor de esta idea fue Kevin Roberts, quien fuera CEO del grupo publicitario Saatchi & Saatchi Worldwide y autor del libro Lovemarks, el futuro más allá de las marcas.
Para que nuestra marca pueda sobrevivir en el mercado, debe ganarse la confianza y lealtad del cliente. El secreto está en dotar de un valor diferencial a los productos o servicios que ofrecemos. Se puede decir que debemos conseguir atraer la atención de nuestro público usando técnicas que van más allá de la razón.
¿Qué es una lovemark?
Cuando una marca es capaz de crear una relación con su público que va más allá del servicio o producto que pueda ofrecer, se dice que tiene la capacidad de enamorar. Se genera un sentimiento de fidelidad porque ha conseguido atraer al consumidor. Si tocamos el corazón del cliente, se genera un engagement que se enmarca dentro de esta filosofía.
En primer lugar, hemos de tener claro qué es una marca y sus funciones. La identidad y valor diferencial son lo que la define. En el primer caso, tenemos que mantener un compromiso para garantizar la calidad de un servicio o producto. Por otro lado, solo la diferenciación le dará valor a esta. Por lo tanto, evoca un significado.
Las principales características de una marca que enamora son las siguientes:
- Generan deseo porque son atractivas. Esto da lugar a que la demanda en el mercado sea mayor.
- No crean la sensación de indiferencia y todo el mundo espera ansioso el lanzamiento del nuevo producto o servicio. La curiosidad generalizada es obvia.
- Tienen muchos seguidores que siguen todas las novedades y están pendientes de cada movimiento que se produzca.
Cómo convertirse en una lovemark
Kevin Roberts utilizó tres fundamentos o elementos para diferenciar esta modalidad de marca del resto. Para construirla, hemos de tener en cuenta los siguientes aspectos: el misterio, la sensualidad y la intimidad.
Misterio
Cuando nuestro público lo sabe todo acerca de nosotros, ya no habrá lugar para la emoción, la sorpresa, el asombro o el misterio. Estimular la emoción y compartir sueños es fundamental. Por esta razón se usa el storytelling, que permite contar historias reales y cercanas con el objetivo de que el consumidor las asocie a su vida diaria.
Sensualidad
La única forma de seducir a los clientes es generando expectativas. Desde que diseñamos un producto o servicio hasta que lo publicitamos y vendemos, debe tener presente la sensualidad para provocar un interés irracional en el cliente. El neuromarketing entra en juego como una experiencia que puede atrapar a través de la estética, la música o el olfato.
Intimidad
Este aspecto es fundamental para construir una relación íntima con el consumidor. Nada mejor que hacer sentir a un usuario o cliente con su propia casa. Por lo tanto, hemos de mantener la cordialidad y hacer que se sienta cómodo. Aspectos como la seguridad o el confort son importantes, así como anticiparnos a los deseos y necesidades.
Teniendo en cuenta estos factores, se crea un compromiso que se afianza con el paso del tiempo. Cuando, como marca, prometemos algo, debemos ser capaces de cumplirlo. Esto es lo que realmente genera confianza y estrecha el vínculo y nexo de unión entre las partes.
En definitiva, si una marca quiere convertirse en una lovemark deberá ganarse el respeto y la confianza de los clientes. Esto no se hace de la noche al día, por lo que hay que ser paciente y perseverante, a la vez que coherente con la filosofía que se proyecta.
¿Cuál es tu opinión al respecto? No dudes en dejarnos tu comentario y algún caso concreto que conozcas de lovemark.
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