Hace ya algún tiempo que se está empezando a ver un cambio en la principal plataforma de contenido YouTube hacia un modelo Livestreaming de Twitch.
Youtube evolucionó considerablemente más allá de los vídeos de gatos y de caídas hacia un modelo profesional con título propio: "YouTuber". Figuras como "Loulogio" y su Batamanta llegaron primero como una nueva oleada focalizada al entretenimiento humorístico más esperpéntico. Al mismo tiempo, aparecían canales como "Cdeciencia" en su labor de divulgación científica, diversificando y enriqueciendo la plataforma.
El creador de contenido o Livestreamer: de gameplays a análisis políticos
Los canales y contenidos, todos diversos, contaban con un nexo de unión que consistía en la edición de vídeo, más o menos elaborada, para enfatizar algún gag, añadir efectos, imágenes, música, transiciones... En definitiva, un trabajo arduo que hacía que, a menudo en los canales más grandes como el de "PewDiePie", se subcontratara a terceros. ¿La razón? De media cada minuto supone hasta 30 minutos de edición. Incluso en manos de expertos la elaboración de un vídeo de 10 minutos no desciende de las 2 horas. Esto es algo insostenible en cuanto a volumen de trabajo y rentabilidad.
El famoso algoritmo de YouTube fomentaba que se hicieran vídeos asiduos, recompensando no las visualizaciones de un vídeo, sino tu productividad (entre otras razones), lo que obligaba a algunos YouTuber o ahora denominados "creadores de contenido" a desistir de subir vídeos y a abandonar totalmente su cometido.
Por ejemplo, Martí Montferrer declaró que iba a renunciar a subir vídeos de forma regular, que ser YouTuber o creador de contenido resulta ser extenuante a nivel psicológico. Ante esta tesitura, ¿Qué alternativa queda? Atreverse con Twitch y crear contenido sin los problemas que supone la exigencia de la edición y de las dificultades de posicionamiento de los vídeos en YouTube.
El salto a Twitch
Esta plataforma ha aumentado desde el confinamiento con más de un 80 % de visionado en esos momentos, según un estudio de Coresight Research. Esta migración masiva no está exenta de oportunidad de negocio para las marcas, las cuales han notado esta tendencia para capitalizar el contenido en una industria que estima un crecimiento de 6000 millones de dólares en 2021; en China (país que va muy por delante en plataformas Livestreaming), más de 300 millones de crecimiento y, solo en EEUU, un aumento de 25 000 millones de dólares en 2023, según el estudio mencionado.
Además, las estrategias de marketing están cambiando y también las preferencias para decidir poner publicidad en "prime time", con el coste que supone en un canal con alta audiencia. Las empresas están empezando a diversificar sus anuncios a plataformas como Twitch aprovechando el éxodo de los YouTubers y por cómo se presentan e interactúan los usuarios con los anuncios.
Los Livestreamers no necesitan publicitar su producto de forma activa, convirtiéndose su canal en un cartel publicitario perfecto para que las marcas se posicionen. Además, con la amplísima diversidad de contenidos que se desarrollan en estas plataformas, las marcas pueden elegir de una forma más concisa a los clientes que mejor se ajusten al producto. Esta nueva modalidad publicitaria muestra evidencias palmarias de crecimientos considerables registrados en estudios realizados por Coresight Research, donde marcas como Estée Lauder aumenta hasta un 60 % sus ventas online.
Este tipo de plataformas vienen para quedarse. Son un valor seguro para promocionar marcas y ofrecer servicios con costes bajos y altos beneficios. Existe público para todo lo que nos podamos imaginar y los diversos gustos de los usuarios son el mayor reclamo de las marcas, que pueden orientar y seleccionar a sus clientes de una forma más personal y eficiente.
¿Os atreveríais con el Livestreaming?
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