¿Qué es Bard? La nueva inteligencia artificial de Google

La nueva inteligencia artificial de Google, Bard, fue presentada en sociedad el pasado mes de febrero como respuesta a los distintos chatbots que otras grandes compañías tecnológicas, como OpenAI y Microsoft, han lanzado en las últimas semanas. Una carrera por ver quién domina el mercado de los bots conversacionales que, por el momento, está suponiendo grandes inversiones a las empresas, a la espera de ver los resultados monetarios que reportan.

Bard y su lenguaje LaMDA

Esta Inteligencia Artificial (IA) es un motor conversacional que se integrará dentro del buscador de Google como una opción añadida con la que los usuarios podrán hacer preguntas con un lenguaje natural y obtener respuestas acertadas. No se trata solo de un listado de páginas web, como muestra Google, sino de información sobre el tema que se le pregunte, a la que también anexionará algunas referencias web.

Bard se basa en el modelo de lenguaje LaMDA (Language Model for Dialogue Applications, en inglés). Se trata de un tipo de lenguaje para aplicaciones de diálogo que permite al software interactuar de manera natural y fluida. La diferencia respecto al popular ChatGPT (la IA de OpenAI) y su lenguaje GPT-3 es que este último proporciona datos hasta septiembre de 2021(a la espera de que se vaya actualizando, conforme se vaya incorporando nueva información derivada de las conversaciones que mantienen los usuarios con ella), mientras que Bard y el modelo LaMDA ofrecen información actualizada hasta el momento. Esto se debe al uso que hace del propio buscador y sus páginas indexadas.

¿Qué funcionalidades tiene Bard?

A la espera de que se anuncien más detalles y de la implementación en las próximas semanas, por el momento se sabe que Bard se incorpora a tres aplicaciones de Google: Lens, Traductor y Maps.

En Lens, la IA se implementa en Android para reconocer el contenido de una foto sin necesidad de salir de la aplicación en la que se esté. Por ejemplo, si se recibe una imagen por WhatsApp, se podrá usar Lens para analizar ahí mismo esa fotografía.

Por su parte, Maps mejora su funcionalidad Live View. La Realidad Aumentada (RA) se usará también en movimiento (en transporte público, en bicicleta, etc.) y se mejoran las búsquedas. Por último, Traductor ofrecerá textos con más contexto y más naturales, además de traducir también imágenes.

Una presentación con un error que pone sobre las cuerdas a Google

La puesta en escena de Bard fue cuando menos decepcionante. Al menos, así la han percibido los internautas. Y es que la IA cometió un error importante a la hora de responder una de las preguntas que se pusieron como ejemplo para demostrar su capacidad conversacional.

Sin embargo, los errores son comunes en este tipo de tecnología. Tanto Bard como ChatGPT los cometen, y parece que es algo que hay que asumir. Claro que el potencial económico que tiene Google no perdona, es por eso que le ha pasado factura: tras la presentación del bot conversacional, Alphabet perdió casi 100 000 millones de dólares en su capitalización bursátil.

A la presentación decepcionante se suma que no se han dado muchos detalles de cómo funcionará Bard, ni qué cosas permitirá hacer, además de que no estará disponible de forma completa para todos los usuarios hasta dentro de unas semanas.

¿Qué ha hecho Google para solucionar los problemas de su IA, a pesar de la necesidad de lanzar de manera inminente un proyecto que compita con ChatGPT? Ha decidido no dar más pasos en falso. Para ello, ha instado a sus trabajadores para que colaboren de manera activa en el desarrollo de Bard.

Las instrucciones que se están dando para el desarrollo de la IA son que el tono de las respuestas debe ser cortés, informal y accesible. La conversión deberá ser natural y completa sobre un tema, y no deben existir presunciones de edad, sexo, religión, ideas políticas, raza, nacionalidad y orientación sexual, entre otras cuestiones.

Bard: una inversión a la espera de resultados

Esta IA aún se halla en fase experimental, por lo que, de momento, no se conoce su alcance ni los ingresos que puede generar. Sí se sabe que las IA de este tipo suponen un coste elevado para las compañías (podría incluso alcanzar los 6000 millones de dólares). De hecho, el presidente de Alphabet (empresa matriz de Google) declaró que, probablemente, el intercambio de información en servicios de IA cueste 10 veces más que lo que cuesta una búsqueda estándar con palabras clave.

Así pues, se trata de un gasto que empresas como Google pueden permitirse, dada la cifra de beneficios anuales que obtiene, pero que, aun así, supone un desembolso de dinero importante sin saber qué ingresos será capaz de generar Bard.

En definitiva, la nueva inteligencia artificial de Google es una gran apuesta del gigante tecnológico que, si va perfeccionando con el tiempo, le pondrá en una posición muy competitiva en el ámbito de las IA. ¿Y tú, tienes ganas ya de poder probar Bard?

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